La Marxa, 15.01.03

El perro desempleado

Erróneamente a menudo pensamos que nuestro perro se lo pasa ideal en casa estirado todo el día sin tener que desempeñar ningún trabajo teniendo la comida y el agua servidos. Pero no es así. El perro, desde sus orígenes, lleva dentro el deseo y la necesidad de tener alguna responsabilidad y de trabajar.  Una prueba es que casi nunca los perros de trabajo demuestran un comportamiento realmente problemático para sus dueños; mientras los perros puramente de familia a menudo sí que lo hacen, porque a estos últimos, a pesar de la atención que reciban, no se les hace responsables de ninguna tarea en concreto. La frustración que sienten se puede comparar con los sentimientos de una persona en el paro que busca y busca pero que no encuentra trabajo. Ya se sabe que una persona que vive esto al final se desanima o hasta se deprime, mientras otras acaban frustradas. ¡Exactamente, estos sentimientos son los que sienten los perros en el paro! Y tienen dos maneras de reaccionar. Una es deprimirse, que para el amo no significa ningún problema porque cree que “su perro ya se ha hecho mayorcito y se ha asentado”, y la otra es desahogarse de su frustración casi como sea. Algunos empiezan a ladrar más de la cuenta, otros se vuelven incontrolables, otros se comen los muebles, otros escarban en el jardín, otros se vuelven agresivos, otros hacen sus necesidades dentro de casa y así la lista puede continuar, porque sólo es la fantasía de los perros la que le pondrá fin.

Lo que debemos de hacer es enseñarle a nuestro perro diferentes tareas y, una vez aprendidas, exigir que las haga. La obediencia es facilísima de enseñar porque no nos exige ningún tipo de equipamiento. Además, hace falta para poder llevar al cabo otras actividades con él. Según la raza tendrá más facilidad para unas actividades que para otras. A diversas razas cazadoras se les puede moldear un poquito sus labores tradicionales como por ejemplo el “cobro” de pelotas o el “rastreo” de las llaves y ya hay trabajo, divertimiento y colaboración para horas sin tener que llevar al perro a cazar nunca. Un ejemplo de una actividad divertida que sirve para todas las razas  es el agility, que se lleva al cabo sobre una pista con diversos obstáculos pareciéndose un poquito a la pista de salto de los caballos.

El en próximo artículo daré ejemplos de juegos sencillos de practicar en casa.

 

 

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