Desde abrir la puerta de una nevera
hasta realizar un baile moderno. Así son los perros de cine,
auténticos filones de espectáculo que, gracias a sus actuaciones
estelares, nos llenan de sorpresa y admiración. Muchos de ellos han
conseguido forjarse auténticos imperios y nombres de fama por los
que serán recordados siempre. Un alto porcentaje de público une a la
raza San Bernardo el nombre del travieso Beethoven, mientras que
cualquier Collie que veamos por la calle tiene que llamarse casi
obligatoriamente Lassie y, además, ser una verdadera
heroína.
De lo que muy pocos tienen
conciencia es del gran equipo de profesionales que existe detrás de
cada movimiento del can. Son muchos los trucos que puede llegar a
aprender y a poner en práctica un perro, pero si hay algo de lo que
estar seguro, es de que por si solo sería incapaz de obedecer
órdenes e, incluso, de aguantar focos, repeticiones de secuencias o
el trato con el resto del reparto.
La elección de la
raza
Una de las instituciones dedicadas a
este fantástico mundo del celuloide perruno es Canix Instituto
Europeo Canino, una organización sin ánimo de lucro fundada en el
1997 por Jeanette y Frank Sams-Dodd que, además de entrenar perros
para películas, televisión, publicidad y fotos, ofrece perros de
asistencia para personas discapacitadas y resuelven problemas de
conducta en el can.
La dilatada experiencia que
Canix ha ido acumulando a lo largo de los años les permite hoy en
día constituirse como una organización de referencia en lo que a
adiestramiento canino se refiere. Según Jeanette Sams-Dood: "los
perros aprenden movimientos específicos o tareas a realizar al
recibir la señal, repetirlos varias veces seguidas, ignorar cámaras
y focos más trabajar con gente desconocida".
A la hora de elegir al candidato
canino ideal, Canix recomienda trabajar sobre un perro que ya haya
sido entrenado antes puesto que así se ahorra mucho tiempo y dinero.
De hecho, Canix ya dispone de varios ejemplares completamente
entrenados para hacer trucos casi increíbles: encender y apagar la
luz, vaciar la lavadora y tender la ropa, jugar al fútbol, bajar
cremalleras, etc. Las labores de asesoramiento de Canix comienzan
con la elección de la raza, puesto que existen algunas que tienen
mayor predisposición y obediencia que otras. Así pues, la selección
es el primer paso y uno de los más importantes.
"Para cine -según afirman
desde Canix- se pide cualquier raza de perro. No hay favoritos. La
demanda es muy mezclada. Tenemos una cartera con ejemplares de
diferentes razas de particulares a quien les haría mucha gracia que
su mascota saliera en televisión. El entrenamiento se ha de ajustar
al temperamento del perro en cuestión y sus
características".
Un trabajo
planificado
Las necesidades que puede tener una
productora pueden ser básicas o, por el contrario, muy complicadas.
Cuando se trata de una producción en la que el perro es la estrella
indiscutible, como puede ser una película donde sea el protagonista,
Canix recomienda una planificación exhaustiva para poder entrenar al
animal con tiempo y sin prisas. Desde Canix, Jeanette afirmó que "es
importante contactar ya en las primeras fases de la producción si la
tarea es complicada, ya que el perro ha de ser localizado y
entrenado específicamente para esta producción".
Localizar a un cachorro de
la raza deseada y entrenarlo específicamente para el papel que
interpretará debe planearse con antelación, ya que Canix ha de
evaluar varias camadas para identificar a un cachorro con el
potencial de aprender las tareas necesarias y el cachorro ha de ser
entrenado y crecer hasta la edad adecuada para el papel.
Jeanette Sams-Dood declaró a
Misanimales.com que a un perro se le enseña físicamente todo aquello
que es capaz de hacer: "un ejemplo fue que diez perros de diez razas
distintas tuvieron que estar sentados cada uno en su silla como si
fueran personas descansando en un bar, charlando uno con los pies
cruzados, otro con el codo en la mesa, otro fumando un cigarrillo,
etc. Para empezar, un perro no se puede aguantar así como así en una
silla más de unos pocos segundos".
El papel del
entrenador
El perro estará apoyado continuamente
y hasta el final de la filmación, en su entrenador personal. Gracias
a su conocimiento del comportamiento canino, el entrenador de Canix
enseñará a trabajar al perro según ciertas señas, a repetir las
tomas todas las veces que sea necesario, a relacionarse con los
actores, a ignorar las cámaras y los focos, a estar tranquilo ante
la presencia de desconocidos y ante el desarrollo de escenas que
podrían asustarle, etc.
Desde Canix nos informaron
de que no existe ninguna formación profesional buena en este campo:
"en cada caso hacemos una evaluación profunda de la persona, su
experiencia y su carácter".
La colaboración entre los responsables
de la producción y Canix debe ser una de la máxima a seguir. De esta
forma, se consultarán las tareas futuras y susceptibles de ser
enseñadas y se ajustarán los tiempos de aprendizaje para que se
ajusten a los periodos del rodaje y a su aparición en las escenas.
Existen tareas que el perro asimila de forma más rápida que otras,
pero cualquier cosa que esté dentro de las posibilidades del mismo
puede ser aprendida y filmada.
Fuente:
www.canix.org